sábado, 27 de agosto de 2016

¿ Los italianos son buenos soldados ?

Quisiera aportar aquí el resumen de un artículo titulado ¿Los italianos, son buenos soldados? La pregunta parece pertinente porque tanto en comentarios, como en diferentes encuestas en la red, cuando se habla del soldado italiano, entre los encuestados, este no despierta excesivo entusiasmo. Siempre se habla de los alemanes, japoneses o incluso los soldados soviéticos, como los más valerosos de los principales ejércitos de la contienda. Es por esto que quiero hacer partícipe al foro de un punto de vista diferente, con el cual en gran medida yo estoy de acuerdo.

 Caporetto en 1917, luego la derrota en 1943 han marcado la mala reputación del ejército italiano. Sin embargo esto no es del todo cierto, puesto que grandes guerreros han salido de la Bota, desde la Edad Media al siglo XX.
La historia antigua no es sujeto de nuestro foro, pero a nadie se le escapa que los “italianos” (solo podemos hablar con propiedad política, no cultural, a partir de la Unificación en 1861) han nutrido a distintos ejércitos: los marinos venecianos y genoveses en las cruzadas, los ballesteros genoveses en Crécy en 1364, los Condottieri de inicio de Renacimiento, las tropas italianas que se ilustraron en San Quintín a las órdenes del Imperio, soldados italianos que lucharon en los Tercios de Su Católica Majestad y sobre todo en la lucha por la independencia en el S.XIX.

Con la independencia de Italia el espíritu guerrero se apacigua poco a poco. Los italianos afrontan, con otro espíritu, en 1915 la prueba de la Primera Guerra Mundial. “En Italia, no hay un país agredido, no hay Alsacia-Lorena que recuperar - explica el general André Bach, especialista en la Gran Guerra – la diplomacia italiana negoció la participación del país en el bando que más le prometió, es decir, la Triple-Entente anglo-franco-rusa”. Poco motivados, superados por unos austriacos aguerridos por varios meses de campaña, tratados brutalmente por un cuerpo de oficiales que tenía derecho a las ejecuciones sumarias, los combatientes italianos tampoco pueden contar con una industria que es demasiado débil para procurarles la artillería pesada que necesitan. No obstante el ejército del general Luigi Cardona ataca once veces en el frente del Isonzo hasta septiembre de 1917, con unas pérdidas de 300.000 muertos sin avances de importancia. Pero el ejército no se quiebra “Sufrido, resistente, el soldado de base se conforma con poco, anota André Bach, frente a los montañeses de Tirol, las tropas de montaña, especialmente los Alpini, demuestran habilidad, adaptabilidad y agresividad” y todo esto bajo unas condiciones dantescas: las avalanchas provocan 60.000 muertos ellas solas. 
La decimosegunda batalla del Isonzo no será una ofensiva italiana, sino austriaca, con un notable refuerzo alemán, es el colmo, es la batalla que arruinará la reputación, hasta entonces sin mancha de los italianos. Hundido en Caporetto el 24 de octubre de 1917, el frente se disuelve y el Ejército de Cardona pierde 265.000 prisioneros. La moral, evidentemente,ha jugado un gran papel en el desastre. “Los italianos padecieron las nuevas tácticas alemanas en base a unos grupos de choque y de infiltración hasta entonces desconocidos en ese frente – detalla André Bach – Además el frente italiano está dispuesto, según una lógica ofensiva, infantería y artillería delante, sin profundidad ni reservas detrás. Esta ausencia impidió un núcleo de resistencia”. De aqui el recentimiento a Erwin Rommel quien ganó un poco más de lustre en su carrera militar liderando una compañía de tropas de montaña Wuerttemberg durante esta batalla y capturando 3,000 italianos, ganando un Pour le Merite en el proceso.
 General Armando Díaz (Nápoles 1861-Roma 1928) General italiano vencedor en Vittorio Veneto y héroe nacional
 Restablecido en el Piave, a 120 km a retaguardia, el frente es reforzado por el general Díaz, sustituto de Cardona, destituido, y el 24 de octubre de 1918 suena, en Vittorio Veneto, la hora de la revancha, que fuerza a los austriacos al armisticio desde el 3 de noviembre. Italia ha perdido 650.000 muertos y 947.000 heridos, sin embargo, no obtienen, en su opinión ninguna justicia de los tratados de paz. De esta insatisfacción surgirá, en parte, el fascismo y Mussolini, que serán los grandes responsables del único, pero cierto, desastre militar italiano: la Segunda Guerra Mundial.


Si Italia puede pretender a un título es el de la nación menos preparada para la II GM. El ejército italiano, mal entrenado, mal encuadrado (un suboficial por cada 33 hombres, contra uno por cada cinco en el US Army de 1941), también mal organizado: para hinchar su número, las divisiones italianas estaban formadas por dos regimientos en lugar de tres, lo que las debilitaba inútilmente. Además el ejército está aprovisionado por una industria débil y minada por el favoritismo y la corrupción, “Así, el consorcio metalúrgico Fiat-Ansaldo se opone a la construcción de carros alemanes en beneficio de sus propios modelos” recuerda el historiador y periodista Frank Stora (“1940 .Et si la France avait continué la guerre”Frank Stora, Loïc Mahé, Jacques Sapir, Ed. Tallander, 2010). Resultado: de 1.500 “carros” en servicio en 1940, 1.300 son tanquetas ligeras L3/35, verdaderos “ataúdes” rodantes.

 La artillería no está mejor dotada: de 1933 a 1940, Ansaldo produce… 64 piezas de un calibre superior a 100 mm., escribe el historiador norteamericano Brian Sullivan ( “The Italian soldier in combat, June 1940-Sptember 1943: Myths, realities and explanations” Brian Sullivan Ed. Pimlico 1997). Así pues, es con 10.000 cañones capturados a los austriacos en 1918 con lo que combatirán los italianos. Falta de todo: fusiles, municiones, camiones (cuyas necesidades están cubiertas en solo dos tercios), radios, botas … En los Alpes se registraron 2.100 casos de congelación … ¡en julio de 1940!.
Por encima de todo esto, el ejército está comandado por el peor estratega de todos: Mussolini. Es él, que contra el aviso de sus generales, lanza a Italia contra los aliados en 1940, no gana nada, pero decenas de buques mercantes de su flota, serán atrapados en puertos adversarios, faltos un aviso previo. Lanzados a pie en 1940 contra Egipto, la mitad de los 236.000 hombres de Graciani se rinden ante 36.000 británicos que, motorizados, les rodean con comodidad. Otro exceso: Mussolini desmoviliza, por mantener una promesa, un tercio del Ejército, semanas antes de atacar a Grecia, después tapa los “agujeros” con los reclutas apenas entrenados. Resultado: los italianos pierden 39.000 muertos y son rechazados en Albania. Por último, el Duce es el responsable de la intervención italiana en Rusia, dividiendo las escasas fuerzas de las que dispone para resistir en el norte de África.
 Regimiento de caballería "Savoia", en la estepa rusa. Protagonista de la carga en Isbuchenkij 24 de agosto de 1942
 Y no obstante, a pesar de todas estas terribles circunstancias, los italianos se baten, y ferozmente, como en Keren, en Eritrea, en 1941: “Al lado de los italianos y de sus askaris, los japoneses eran boy-scouts”, dirá el mariscal británico Slim, héroe de la reconquista de Birmania. Envalentonado por una terrorífica selección darwiniana, las hazañas alcanzan su cénit a primeros del año 1942, estima Brian Sullivan. Se olvida, a menudo, que es a la cabeza de un ejército mitad italiano que Rommel se apodera de El- Alamein a finales de junio de 1942. En Rusia, a pesar del desprecio alemán que le priva de recursos, el cuerpo expedicionario del general Messe rechaza en Gorlovka, a finales de diciembre de 1941, un violento contraataque del Ejército Rojo. El 16 de diciembre de 1942 tres divisiones italianas aguantan 72 horas frente a la élite acorazada soviética, antes de derrumbarse sobre el flanco noroeste del frente de Stalingrado. Mejor que los rumanos, mejor incluso que los alemanes. Exangüe por las ambiciones del Duce (75.000 muertos en Rusia), abandonado sin escrúpulos por el aliado alemán, el ejército italiano se hunde en 1943. Pero estas rendiciones y deserciones (que volverán al combate, en parte, en el bando aliado a partir, sobre todo, de 1944) no son la regla.

“Que el soldado italiano se haya batido por una mala causa en 1940-1943 es incontestable. Que se haya batido heroicamente es innegable”, resume Brian Sullivan. No se podría concluir mejor.

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