Les dejo unas imagenes de las primeras batallas que estuvimos realizando entre Bersaglieri y Ratas del desierto. muy duras...
Gracias Agustin. pronto se vienen los reportes...
miércoles, 12 de octubre de 2016
sábado, 27 de agosto de 2016
¿ Los italianos son buenos soldados ?
Quisiera aportar aquí el resumen de un artículo titulado ¿Los italianos, son buenos soldados? La
pregunta parece pertinente porque tanto en comentarios, como en
diferentes encuestas en la red, cuando se habla del soldado italiano,
entre los encuestados, este no despierta excesivo entusiasmo. Siempre se
habla de los alemanes, japoneses o incluso los soldados soviéticos,
como los más valerosos de los principales ejércitos de la contienda. Es
por esto que quiero hacer partícipe al foro de un punto de vista
diferente, con el cual en gran medida yo estoy de acuerdo.
Caporetto en 1917, luego la derrota en 1943 han marcado la mala reputación del ejército italiano. Sin embargo esto no es del todo cierto, puesto que grandes guerreros han salido de la Bota, desde la Edad Media al siglo XX.
La historia antigua no es sujeto de nuestro foro, pero a nadie se le escapa que los “italianos” (solo podemos hablar con propiedad política, no cultural, a partir de la Unificación en 1861) han nutrido a distintos ejércitos: los marinos venecianos y genoveses en las cruzadas, los ballesteros genoveses en Crécy en 1364, los Condottieri de inicio de Renacimiento, las tropas italianas que se ilustraron en San Quintín a las órdenes del Imperio, soldados italianos que lucharon en los Tercios de Su Católica Majestad y sobre todo en la lucha por la independencia en el S.XIX.
Con la independencia de Italia el espíritu guerrero se apacigua poco a poco. Los italianos afrontan, con otro espíritu, en 1915 la prueba de la Primera Guerra Mundial. “En Italia, no hay un país agredido, no hay Alsacia-Lorena que recuperar - explica el general André Bach, especialista en la Gran Guerra – la diplomacia italiana negoció la participación del país en el bando que más le prometió, es decir, la Triple-Entente anglo-franco-rusa”. Poco motivados, superados por unos austriacos aguerridos por varios meses de campaña, tratados brutalmente por un cuerpo de oficiales que tenía derecho a las ejecuciones sumarias, los combatientes italianos tampoco pueden contar con una industria que es demasiado débil para procurarles la artillería pesada que necesitan. No obstante el ejército del general Luigi Cardona ataca once veces en el frente del Isonzo hasta septiembre de 1917, con unas pérdidas de 300.000 muertos sin avances de importancia. Pero el ejército no se quiebra “Sufrido, resistente, el soldado de base se conforma con poco, anota André Bach, frente a los montañeses de Tirol, las tropas de montaña, especialmente los Alpini, demuestran habilidad, adaptabilidad y agresividad” y todo esto bajo unas condiciones dantescas: las avalanchas provocan 60.000 muertos ellas solas.
La decimosegunda batalla del Isonzo no será una ofensiva italiana, sino austriaca, con un notable refuerzo alemán, es el colmo, es la batalla que arruinará la reputación, hasta entonces sin mancha de los italianos. Hundido en Caporetto el 24 de octubre de 1917, el frente se disuelve y el Ejército de Cardona pierde 265.000 prisioneros. La moral, evidentemente,ha jugado un gran papel en el desastre. “Los italianos padecieron las nuevas tácticas alemanas en base a unos grupos de choque y de infiltración hasta entonces desconocidos en ese frente – detalla André Bach – Además el frente italiano está dispuesto, según una lógica ofensiva, infantería y artillería delante, sin profundidad ni reservas detrás. Esta ausencia impidió un núcleo de resistencia”. De aqui el recentimiento a Erwin Rommel quien ganó un poco más de lustre en su carrera militar liderando una compañía de tropas de montaña Wuerttemberg durante esta batalla y capturando 3,000 italianos, ganando un Pour le Merite en el proceso.
General Armando Díaz (Nápoles 1861-Roma 1928) General italiano vencedor en Vittorio Veneto y héroe nacional
Restablecido en el Piave, a 120 km a retaguardia, el frente es reforzado por el general Díaz, sustituto de Cardona, destituido, y el 24 de octubre de 1918 suena, en Vittorio Veneto, la hora de la revancha, que fuerza a los austriacos al armisticio desde el 3 de noviembre. Italia ha perdido 650.000 muertos y 947.000 heridos, sin embargo, no obtienen, en su opinión ninguna justicia de los tratados de paz. De esta insatisfacción surgirá, en parte, el fascismo y Mussolini, que serán los grandes responsables del único, pero cierto, desastre militar italiano: la Segunda Guerra Mundial.
Si Italia puede pretender a un título es el de la nación menos preparada para la II GM. El ejército italiano, mal entrenado, mal encuadrado (un suboficial por cada 33 hombres, contra uno por cada cinco en el US Army de 1941), también mal organizado: para hinchar su número, las divisiones italianas estaban formadas por dos regimientos en lugar de tres, lo que las debilitaba inútilmente. Además el ejército está aprovisionado por una industria débil y minada por el favoritismo y la corrupción, “Así, el consorcio metalúrgico Fiat-Ansaldo se opone a la construcción de carros alemanes en beneficio de sus propios modelos” recuerda el historiador y periodista Frank Stora (“1940 .Et si la France avait continué la guerre”Frank Stora, Loïc Mahé, Jacques Sapir, Ed. Tallander, 2010). Resultado: de 1.500 “carros” en servicio en 1940, 1.300 son tanquetas ligeras L3/35, verdaderos “ataúdes” rodantes.
La artillería no está mejor dotada: de 1933 a 1940, Ansaldo produce… 64 piezas de un calibre superior a 100 mm., escribe el historiador norteamericano Brian Sullivan ( “The Italian soldier in combat, June 1940-Sptember 1943: Myths, realities and explanations” Brian Sullivan Ed. Pimlico 1997). Así pues, es con 10.000 cañones capturados a los austriacos en 1918 con lo que combatirán los italianos. Falta de todo: fusiles, municiones, camiones (cuyas necesidades están cubiertas en solo dos tercios), radios, botas … En los Alpes se registraron 2.100 casos de congelación … ¡en julio de 1940!.
Por encima de todo esto, el ejército está comandado por el peor estratega de todos: Mussolini. Es él, que contra el aviso de sus generales, lanza a Italia contra los aliados en 1940, no gana nada, pero decenas de buques mercantes de su flota, serán atrapados en puertos adversarios, faltos un aviso previo. Lanzados a pie en 1940 contra Egipto, la mitad de los 236.000 hombres de Graciani se rinden ante 36.000 británicos que, motorizados, les rodean con comodidad. Otro exceso: Mussolini desmoviliza, por mantener una promesa, un tercio del Ejército, semanas antes de atacar a Grecia, después tapa los “agujeros” con los reclutas apenas entrenados. Resultado: los italianos pierden 39.000 muertos y son rechazados en Albania. Por último, el Duce es el responsable de la intervención italiana en Rusia, dividiendo las escasas fuerzas de las que dispone para resistir en el norte de África.
Regimiento de caballería "Savoia", en la estepa rusa. Protagonista de la carga en Isbuchenkij 24 de agosto de 1942
Y no obstante, a pesar de todas estas terribles circunstancias, los italianos se baten, y ferozmente, como en Keren, en Eritrea, en 1941: “Al lado de los italianos y de sus askaris, los japoneses eran boy-scouts”, dirá el mariscal británico Slim, héroe de la reconquista de Birmania. Envalentonado por una terrorífica selección darwiniana, las hazañas alcanzan su cénit a primeros del año 1942, estima Brian Sullivan. Se olvida, a menudo, que es a la cabeza de un ejército mitad italiano que Rommel se apodera de El- Alamein a finales de junio de 1942. En Rusia, a pesar del desprecio alemán que le priva de recursos, el cuerpo expedicionario del general Messe rechaza en Gorlovka, a finales de diciembre de 1941, un violento contraataque del Ejército Rojo. El 16 de diciembre de 1942 tres divisiones italianas aguantan 72 horas frente a la élite acorazada soviética, antes de derrumbarse sobre el flanco noroeste del frente de Stalingrado. Mejor que los rumanos, mejor incluso que los alemanes. Exangüe por las ambiciones del Duce (75.000 muertos en Rusia), abandonado sin escrúpulos por el aliado alemán, el ejército italiano se hunde en 1943. Pero estas rendiciones y deserciones (que volverán al combate, en parte, en el bando aliado a partir, sobre todo, de 1944) no son la regla.
“Que el soldado italiano se haya batido por una mala causa en 1940-1943 es incontestable. Que se haya batido heroicamente es innegable”, resume Brian Sullivan. No se podría concluir mejor.
Caporetto en 1917, luego la derrota en 1943 han marcado la mala reputación del ejército italiano. Sin embargo esto no es del todo cierto, puesto que grandes guerreros han salido de la Bota, desde la Edad Media al siglo XX.
La historia antigua no es sujeto de nuestro foro, pero a nadie se le escapa que los “italianos” (solo podemos hablar con propiedad política, no cultural, a partir de la Unificación en 1861) han nutrido a distintos ejércitos: los marinos venecianos y genoveses en las cruzadas, los ballesteros genoveses en Crécy en 1364, los Condottieri de inicio de Renacimiento, las tropas italianas que se ilustraron en San Quintín a las órdenes del Imperio, soldados italianos que lucharon en los Tercios de Su Católica Majestad y sobre todo en la lucha por la independencia en el S.XIX.
Con la independencia de Italia el espíritu guerrero se apacigua poco a poco. Los italianos afrontan, con otro espíritu, en 1915 la prueba de la Primera Guerra Mundial. “En Italia, no hay un país agredido, no hay Alsacia-Lorena que recuperar - explica el general André Bach, especialista en la Gran Guerra – la diplomacia italiana negoció la participación del país en el bando que más le prometió, es decir, la Triple-Entente anglo-franco-rusa”. Poco motivados, superados por unos austriacos aguerridos por varios meses de campaña, tratados brutalmente por un cuerpo de oficiales que tenía derecho a las ejecuciones sumarias, los combatientes italianos tampoco pueden contar con una industria que es demasiado débil para procurarles la artillería pesada que necesitan. No obstante el ejército del general Luigi Cardona ataca once veces en el frente del Isonzo hasta septiembre de 1917, con unas pérdidas de 300.000 muertos sin avances de importancia. Pero el ejército no se quiebra “Sufrido, resistente, el soldado de base se conforma con poco, anota André Bach, frente a los montañeses de Tirol, las tropas de montaña, especialmente los Alpini, demuestran habilidad, adaptabilidad y agresividad” y todo esto bajo unas condiciones dantescas: las avalanchas provocan 60.000 muertos ellas solas.
La decimosegunda batalla del Isonzo no será una ofensiva italiana, sino austriaca, con un notable refuerzo alemán, es el colmo, es la batalla que arruinará la reputación, hasta entonces sin mancha de los italianos. Hundido en Caporetto el 24 de octubre de 1917, el frente se disuelve y el Ejército de Cardona pierde 265.000 prisioneros. La moral, evidentemente,ha jugado un gran papel en el desastre. “Los italianos padecieron las nuevas tácticas alemanas en base a unos grupos de choque y de infiltración hasta entonces desconocidos en ese frente – detalla André Bach – Además el frente italiano está dispuesto, según una lógica ofensiva, infantería y artillería delante, sin profundidad ni reservas detrás. Esta ausencia impidió un núcleo de resistencia”. De aqui el recentimiento a Erwin Rommel quien ganó un poco más de lustre en su carrera militar liderando una compañía de tropas de montaña Wuerttemberg durante esta batalla y capturando 3,000 italianos, ganando un Pour le Merite en el proceso.
General Armando Díaz (Nápoles 1861-Roma 1928) General italiano vencedor en Vittorio Veneto y héroe nacional
Restablecido en el Piave, a 120 km a retaguardia, el frente es reforzado por el general Díaz, sustituto de Cardona, destituido, y el 24 de octubre de 1918 suena, en Vittorio Veneto, la hora de la revancha, que fuerza a los austriacos al armisticio desde el 3 de noviembre. Italia ha perdido 650.000 muertos y 947.000 heridos, sin embargo, no obtienen, en su opinión ninguna justicia de los tratados de paz. De esta insatisfacción surgirá, en parte, el fascismo y Mussolini, que serán los grandes responsables del único, pero cierto, desastre militar italiano: la Segunda Guerra Mundial.
Si Italia puede pretender a un título es el de la nación menos preparada para la II GM. El ejército italiano, mal entrenado, mal encuadrado (un suboficial por cada 33 hombres, contra uno por cada cinco en el US Army de 1941), también mal organizado: para hinchar su número, las divisiones italianas estaban formadas por dos regimientos en lugar de tres, lo que las debilitaba inútilmente. Además el ejército está aprovisionado por una industria débil y minada por el favoritismo y la corrupción, “Así, el consorcio metalúrgico Fiat-Ansaldo se opone a la construcción de carros alemanes en beneficio de sus propios modelos” recuerda el historiador y periodista Frank Stora (“1940 .Et si la France avait continué la guerre”Frank Stora, Loïc Mahé, Jacques Sapir, Ed. Tallander, 2010). Resultado: de 1.500 “carros” en servicio en 1940, 1.300 son tanquetas ligeras L3/35, verdaderos “ataúdes” rodantes.
La artillería no está mejor dotada: de 1933 a 1940, Ansaldo produce… 64 piezas de un calibre superior a 100 mm., escribe el historiador norteamericano Brian Sullivan ( “The Italian soldier in combat, June 1940-Sptember 1943: Myths, realities and explanations” Brian Sullivan Ed. Pimlico 1997). Así pues, es con 10.000 cañones capturados a los austriacos en 1918 con lo que combatirán los italianos. Falta de todo: fusiles, municiones, camiones (cuyas necesidades están cubiertas en solo dos tercios), radios, botas … En los Alpes se registraron 2.100 casos de congelación … ¡en julio de 1940!.
Por encima de todo esto, el ejército está comandado por el peor estratega de todos: Mussolini. Es él, que contra el aviso de sus generales, lanza a Italia contra los aliados en 1940, no gana nada, pero decenas de buques mercantes de su flota, serán atrapados en puertos adversarios, faltos un aviso previo. Lanzados a pie en 1940 contra Egipto, la mitad de los 236.000 hombres de Graciani se rinden ante 36.000 británicos que, motorizados, les rodean con comodidad. Otro exceso: Mussolini desmoviliza, por mantener una promesa, un tercio del Ejército, semanas antes de atacar a Grecia, después tapa los “agujeros” con los reclutas apenas entrenados. Resultado: los italianos pierden 39.000 muertos y son rechazados en Albania. Por último, el Duce es el responsable de la intervención italiana en Rusia, dividiendo las escasas fuerzas de las que dispone para resistir en el norte de África.
Regimiento de caballería "Savoia", en la estepa rusa. Protagonista de la carga en Isbuchenkij 24 de agosto de 1942
Y no obstante, a pesar de todas estas terribles circunstancias, los italianos se baten, y ferozmente, como en Keren, en Eritrea, en 1941: “Al lado de los italianos y de sus askaris, los japoneses eran boy-scouts”, dirá el mariscal británico Slim, héroe de la reconquista de Birmania. Envalentonado por una terrorífica selección darwiniana, las hazañas alcanzan su cénit a primeros del año 1942, estima Brian Sullivan. Se olvida, a menudo, que es a la cabeza de un ejército mitad italiano que Rommel se apodera de El- Alamein a finales de junio de 1942. En Rusia, a pesar del desprecio alemán que le priva de recursos, el cuerpo expedicionario del general Messe rechaza en Gorlovka, a finales de diciembre de 1941, un violento contraataque del Ejército Rojo. El 16 de diciembre de 1942 tres divisiones italianas aguantan 72 horas frente a la élite acorazada soviética, antes de derrumbarse sobre el flanco noroeste del frente de Stalingrado. Mejor que los rumanos, mejor incluso que los alemanes. Exangüe por las ambiciones del Duce (75.000 muertos en Rusia), abandonado sin escrúpulos por el aliado alemán, el ejército italiano se hunde en 1943. Pero estas rendiciones y deserciones (que volverán al combate, en parte, en el bando aliado a partir, sobre todo, de 1944) no son la regla.
“Que el soldado italiano se haya batido por una mala causa en 1940-1943 es incontestable. Que se haya batido heroicamente es innegable”, resume Brian Sullivan. No se podría concluir mejor.
Armas de la infantería italiana durante la 2ª Guerra Mundial (1939-1945)
FUSILES
Fusil Carcano M91:
Fusil italiano diseñado en 1891, cargador tipo mannlicher de 6
cartuchos del calibre 6,5mm. Pesaba unos 4kg y era robusto y fiable.
Estuvo hasta 1980 con la policía italiana.
Fusil Carcano M38:
Versión corta del M91, pesaba menos y se le intento dar un calibre más
potente, el 7,35mm aunque también estaba en la versión 6,5mm. Fue
utilizado por Oswald para asesinar a Kennedy.
Carabina Carcano M91:
Esta versión del fusil carcano estaba destinada a la caballería, pero
finalmente fue usada por todos los cuerpos del ejército italiano. Tenía
un calibre 6,5mm y pesaba 3kg. Esta carabina era muy vista entre los Carabineros Reales italianos. Lo más curioso es su bayoneta plegable bajo el cañón.
SUBFUSILES
Subfusil Beretta M38:
Magnifico subfusil italiano fabricado en 1938, aunque era costoso de
producir en grandes cantidades dio un buen resultado en el conflicto y
fue utilizado en las décadas siguientes hasta 1970. Pesaba 4 kilos y
tenía una cadencia de disparo de 600, calibre 9mm Parabellum. Tuvo
varias versiones durante la SGM.
Subfusil TZ-45: Este subfusil italiano era del tipo de los PPS-43 soviéticos o de los STEN británicos. Comenzó a ser producido en 1945 y hasta el final de la guerra se fabricaron unos 6000. Pesaba 3 kilos, calibre 9mm parabellum, era alimentado por cargadores de 40 cartuchos y su diseño inspiró subfusiles en las posguerra. Tras la guerra fue adoptado brevemente por Birmania.
AMETRALLADORAS
Ametralladora Fiat-Revelli M1914:
La Revelli era la ametralladora oficial del ejército italiano durante
la 1ª Guerra Mundial. Tras la contienda siguió en activo durante muchos
años, hasta 1935 cuando es “mejorada” y sustituida por el nuevo modelo,
pero lo cierto es que Italia la siguió utilizando por falta de
armamento. Peso 40 kilos, cargadores de 50 cartuchos que debían ser
lubricados, calibre 6,5mm, refrigerada por agua.
Ametralladora Fiat-Revelli M14/35: Esta ametralladora italiana era una mejora de la M1914 refrigerada por agua, esto se cambió y ahora era por aire. Siempre fue un arma que dio problemas, pues sus municiones tenían que lubricarse con aceite y esto provocaba que en poco tiempo se ensuciara y el arma quedara inutilizada. Aun así se utilizo en vehículos de todas clases, como las famosas tanquetas Fiat utilizadas en la Guerra Civil Española. Pesaba unos 40 kilos con todos los complementos, calibre 8mm Breda, se cargaba mediante cintas.
OTRAS
Ametralladora Ligera Breda M30: Esta ametralladora fue adoptada en 1930 por el ejército italiano. Pesaba 10 kilos y se cargaba mediante peines de 20 cartuchos por un cargador que se deslizaba mediante una bisagra, era muy endeble. A partir de 1938 hubo versiones en el calibre 6,5mm y el 7,35mm. Refrigerada por aire, también quedaba atascada en zonas desérticas.Pistola Beretta M34:Pistola diseñada en 1934 y puesta en servicio en 1937 en el ejército. Los diseñadores italianos quedaron sorprendidos por la Walther PPK alemana y por eso comenzaron su propio proyecto. Fue utilizada por todo el ejército hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Pesaba 0,7kg , cargadores de 7 cartuchos del calibre 9mm.
Granada ofensiva Breda: Esta granada italiana fue fabricada en 1935 y se utilizo en nuestra guerra civil y fue apodada la “naranjita” por su forma. Tuvo varias versiones con mango y carga extra de explosivo, pero se utilizaron en el conflicto europeo años mas tarde. Fue utilizada por el ejército italiano en todos los frentes.
martes, 8 de marzo de 2016
lunes, 7 de marzo de 2016
Declaración de guerra de Mussolini
Texto Original
¶ "Combattenti di terra, di mare, e dell'aria! Camicie Nere della Rivoluzione e delle Legioni, uomini e donne d'Italia, dell'Impero e del Regno di Albania. Ascoltate!
Un'ora segnata dal destino, batte nel cielo della nostra Patria...
Gritos de la muchedumbre... ¡Guerra, guerra!
L'ora... l'ora delle decisioni irrevocabili.
La dichiarazione di guerra è già stata consegnata a gli ambasciatori di...
La algarabía de la muchedumbre interrumpe a Mussolini... ¡Guerra! Guerra!
A gli ambasciatori di Gran Bretagna e di Francia." ¶
"Scendiamo in campo contro le democrazie plutocratiche e reazionarie dell'Occidente che in ogni tempo hanno ostacolato la marcia e spesso insidiato l'esistenza medesima del Popolo italiano.
Alcuni lustri della storia più recente si possono riassumere in queste parole: frasi, promesse, minacce, ricatti e, alla fine, quale coronamento dell'edificio, l'ignobile assedio societario di cinquantadue Stati.
La nostra coscienza è assolutamente tranquilla. Con voi il mondo intero è testimone che l'Italia del Littorio ha fatto quanto era umanamente possibile per evitare la tormenta che sconvolge l'Europa, ma tutto fu vano.
Bastava rivedere i Trattati per adeguarli alle mutevoli esigenze della vita delle Nazioni e non considerarli intangibili per l'eternità. Bastava non iniziare la stolta politica delle garanzie, che si è palesata soprattutto micidiale per coloro che le hanno accettate.
Bastava non respingere la proposta che il Fuhrer fece il 6 ottobre
dell'anno scorso dopo finita la campagna di Polonia. Ormai tutto ciò appartiene al passato. Se noi oggi siamo decisi ad affrontare i rischi ed i sacrifici di una guerra gli è che l'onore, gli interessi, l'avvenire ferreamente l'impongono, poiché un grande popolo è veramente tale se considera sacri i suoi impegni e se non evade dalle prove supreme che determinano il corso della Storia. Noi impugniamo le armi per risolvere, dopo il problema risolto delle nostre frontiere continentali, il problema delle nostre frontiere marittime.
Noi vogliamo spezzare le catene di ordine territoriale e militare che ci soffocano nel nostro mare, poiché un popolo di 45 milioni di anime non è veramente libero se non ha libero accesso all'Oceano.
Questa lotta gigantesca non è che una fase e lo sviluppo logico della nostra Rivoluzione.
E' la lotta dei popoli poveri e numerosi di braccia contro gli affamatori che detengono ferocemente il monopolio di tutte le ricchezze e di tutto l'oro della terra. E' la lotta dei popoli fecondi e giovani contro i popoli isterili e volgenti al tramonto; è la lotta tra due secoli e due idee.
Ora che i dadi sono gettati e la nostra volontà ha bruciato alle nostre spalle i vascelli, io dichiaro solennemente che l'Italia non intende trascinare altri popoli nel conflitto con essa confinanti per mare o per terra. Svizzera, Jugoslavia, Grecia, Turchia, Egitto, prendano atto di queste mie parole e dipende da loro, soltanto da loro se esse saranno rigorosamente confermate. Italiani! In una memorabile adunata, quella di Berlino, io dissi che secondo le leggi della morale fascista quando si ha un amico si marcia con lui fino in fondo. Questo abbiamo fatto e faremo colla Germania, col suo popolo, colle sue vittoriose forze armate.
In questa vigilia d'un evento di portata secolare rivolgiamo il nostro pensiero alla Maestà del Re Imperatore che come sempre ha interpretato l'animo della Patria e salutiamo alla voce il Fuhrer, il capo della Grande Germania alleata.
L'Italia proletaria e fascista è per la terza volta in piedi, forte, fiera e compatta come non mai. La parola d'ordine è una sola, categorica e impegnativa per tutti.
Essa già trasvola e accende i cuori dalle Alpi all'Oceano Indiano: VINCERE! E vinceremo per dare finalmente un lungo periodo di pace con giustizia all'Italia, all'Europa, al mondo.
Popolo italiano, corri alle armi e dimostra la tua tenacia, il tuo coraggio, il tuo valore."
Castellano
"Combatientes de tierra, del mar y del aire. Camisas Negras de la Revolución y de las Legiones, hombres y mujeres de Italia, del Imperio y del Reino de Albania. Escuchen!
Una hora señalada del destino, sacude el cielo de nuestra patria, una hora de las decisiones irrevocables. La declaración de guerra, ya ha sido consignada a los embajadores de Gran Bretaña y de Francia.
Salgamos al campo contra las democracias plutocráticas y reaccionarias del occidente que siempre han obstaculizado la marcha y a menudo han atentado contra la existencia misma del Pueblo italiano.
Algunos lustros de la historia más reciente, se pueden resumir en estas palabras: frases, promesas, amenazas, chantaje, y al final, cual coronamiento del edificio, el infame asedio asociado de cincuenta y dos estados.
Nuestra conciencia está absolutamente tranquila. Con ustedes el mundo entero es testigo que la Italia del Littorio ha hecho cuanto era humanamente posible, para evitar la tormenta que convulsiona Europa. Pero todo fue en vano.
Bastaba revisar los tratados, para adecuarlos a la exigencia cambiante de la vida de las naciones y no considerarlos intangibles por toda la eternidad. Bastaba, no iniciar la política necia de las garantías, que se ha manifestado sobretodo mortal para los que la han aceptado.
Bastaba, con no rechazar la propuesta que el Fuhrer hizo el 6 octubre del año pasado, después de terminada la Campaña de Polonia. Ya todo eso pertenece al pasado. Si hoy, nosotros estamos decididos a afrontar los riesgos y los sacrificios de una guerra, lo es porque el honor, los intereses, el futuro, férreamente lo imponen, ya que un gran pueblo es realmente tal, si considera sagrados sus empeños y si no evade las pruebas supremas que ha dispuesto el curso de la Historia. Nosotros, empuñamos las armas para resolverlo, después de solucionado el problema de nuestras fronteras continentales, el problema de nuestras fronteras marítimas.
Nosotros queremos romper las cadenas del orden territorial y militar que sofocan nuestro mar, porque un pueblo de 45 millones de almas, no es verdaderamente libre si no ha liberado el acceso a su océano.
Esta gigantesca lucha no es una fase ni el desarrollo lógico de nuestra Revolución. Es la lucha del pueblo pobre con brazos numerosos en contra de los hambrientos que retienen ferozmente el monopolio de todas las riquezas y todo el oro de la tierra. Es la lucha de los pueblos fecundos y jóvenes contra los pueblos estériles y que tienden al ocaso; es la lucha entre dos siglos y dos ideas.
Ahora que los dados han sido tirados y nuestra voluntad ha puesto sobre nuestros hombros los navíos, yo declaro solemnemente que Italia no quiere arrastrar al conflicto a otros pueblos limítrofes por mar o por tierra. Suiza, Yugoslavia, Grecia, Turquía, Egipto, tengan en cuenta mis palabras y depende de ellos, solamente de ellos, si ellas serán confirmadas rigurosamente. ¡Italianos! En una memorable concentración, aquella de Berlín, yo dije que según las leyes de la moral fascista, cuando se tiene a un amigo se marcha hasta el final con él. Esto hemos hecho y lo haremos con Alemania, con su pueblo, con sus victoriosas fuerzas armadas.
En esta víspera de un acontecimiento de alcance secular dirigimos nuestro pensamiento a su Majestad el Rey Emperador, que como siempre ha interpretado el ánimo de la Patria, y saludamos la voz del Fuhrer, el jefe de la Gran Alemania aliada. La Italia proletaria y fascista está por tercera vez de pie, fuerte, orgullosa y compacta como no lo estuvo nunca.
La palabra de orden es un sola, categórica y comprometida para todos. Ella ya sobrevuela y enciende los corazones desde los Alpes al Océano Índico: ¡VENCER! Y venceremos para por fin lograr un largo período de paz, con justicia para Italia, para Europa, para el mundo. Pueblo italiano, corre a las armas y demuestra tu tenacidad, tu ánimo, tu valor."
¶ "Combattenti di terra, di mare, e dell'aria! Camicie Nere della Rivoluzione e delle Legioni, uomini e donne d'Italia, dell'Impero e del Regno di Albania. Ascoltate!
Un'ora segnata dal destino, batte nel cielo della nostra Patria...
Gritos de la muchedumbre... ¡Guerra, guerra!
L'ora... l'ora delle decisioni irrevocabili.
La dichiarazione di guerra è già stata consegnata a gli ambasciatori di...
La algarabía de la muchedumbre interrumpe a Mussolini... ¡Guerra! Guerra!
A gli ambasciatori di Gran Bretagna e di Francia." ¶
"Scendiamo in campo contro le democrazie plutocratiche e reazionarie dell'Occidente che in ogni tempo hanno ostacolato la marcia e spesso insidiato l'esistenza medesima del Popolo italiano.
Alcuni lustri della storia più recente si possono riassumere in queste parole: frasi, promesse, minacce, ricatti e, alla fine, quale coronamento dell'edificio, l'ignobile assedio societario di cinquantadue Stati.
La nostra coscienza è assolutamente tranquilla. Con voi il mondo intero è testimone che l'Italia del Littorio ha fatto quanto era umanamente possibile per evitare la tormenta che sconvolge l'Europa, ma tutto fu vano.
Bastava rivedere i Trattati per adeguarli alle mutevoli esigenze della vita delle Nazioni e non considerarli intangibili per l'eternità. Bastava non iniziare la stolta politica delle garanzie, che si è palesata soprattutto micidiale per coloro che le hanno accettate.
Bastava non respingere la proposta che il Fuhrer fece il 6 ottobre
dell'anno scorso dopo finita la campagna di Polonia. Ormai tutto ciò appartiene al passato. Se noi oggi siamo decisi ad affrontare i rischi ed i sacrifici di una guerra gli è che l'onore, gli interessi, l'avvenire ferreamente l'impongono, poiché un grande popolo è veramente tale se considera sacri i suoi impegni e se non evade dalle prove supreme che determinano il corso della Storia. Noi impugniamo le armi per risolvere, dopo il problema risolto delle nostre frontiere continentali, il problema delle nostre frontiere marittime.
Noi vogliamo spezzare le catene di ordine territoriale e militare che ci soffocano nel nostro mare, poiché un popolo di 45 milioni di anime non è veramente libero se non ha libero accesso all'Oceano.
Questa lotta gigantesca non è che una fase e lo sviluppo logico della nostra Rivoluzione.
E' la lotta dei popoli poveri e numerosi di braccia contro gli affamatori che detengono ferocemente il monopolio di tutte le ricchezze e di tutto l'oro della terra. E' la lotta dei popoli fecondi e giovani contro i popoli isterili e volgenti al tramonto; è la lotta tra due secoli e due idee.
Ora che i dadi sono gettati e la nostra volontà ha bruciato alle nostre spalle i vascelli, io dichiaro solennemente che l'Italia non intende trascinare altri popoli nel conflitto con essa confinanti per mare o per terra. Svizzera, Jugoslavia, Grecia, Turchia, Egitto, prendano atto di queste mie parole e dipende da loro, soltanto da loro se esse saranno rigorosamente confermate. Italiani! In una memorabile adunata, quella di Berlino, io dissi che secondo le leggi della morale fascista quando si ha un amico si marcia con lui fino in fondo. Questo abbiamo fatto e faremo colla Germania, col suo popolo, colle sue vittoriose forze armate.
In questa vigilia d'un evento di portata secolare rivolgiamo il nostro pensiero alla Maestà del Re Imperatore che come sempre ha interpretato l'animo della Patria e salutiamo alla voce il Fuhrer, il capo della Grande Germania alleata.
L'Italia proletaria e fascista è per la terza volta in piedi, forte, fiera e compatta come non mai. La parola d'ordine è una sola, categorica e impegnativa per tutti.
Essa già trasvola e accende i cuori dalle Alpi all'Oceano Indiano: VINCERE! E vinceremo per dare finalmente un lungo periodo di pace con giustizia all'Italia, all'Europa, al mondo.
Popolo italiano, corri alle armi e dimostra la tua tenacia, il tuo coraggio, il tuo valore."
Castellano
"Combatientes de tierra, del mar y del aire. Camisas Negras de la Revolución y de las Legiones, hombres y mujeres de Italia, del Imperio y del Reino de Albania. Escuchen!
Una hora señalada del destino, sacude el cielo de nuestra patria, una hora de las decisiones irrevocables. La declaración de guerra, ya ha sido consignada a los embajadores de Gran Bretaña y de Francia.
Salgamos al campo contra las democracias plutocráticas y reaccionarias del occidente que siempre han obstaculizado la marcha y a menudo han atentado contra la existencia misma del Pueblo italiano.
Algunos lustros de la historia más reciente, se pueden resumir en estas palabras: frases, promesas, amenazas, chantaje, y al final, cual coronamiento del edificio, el infame asedio asociado de cincuenta y dos estados.
Nuestra conciencia está absolutamente tranquila. Con ustedes el mundo entero es testigo que la Italia del Littorio ha hecho cuanto era humanamente posible, para evitar la tormenta que convulsiona Europa. Pero todo fue en vano.
Bastaba revisar los tratados, para adecuarlos a la exigencia cambiante de la vida de las naciones y no considerarlos intangibles por toda la eternidad. Bastaba, no iniciar la política necia de las garantías, que se ha manifestado sobretodo mortal para los que la han aceptado.
Bastaba, con no rechazar la propuesta que el Fuhrer hizo el 6 octubre del año pasado, después de terminada la Campaña de Polonia. Ya todo eso pertenece al pasado. Si hoy, nosotros estamos decididos a afrontar los riesgos y los sacrificios de una guerra, lo es porque el honor, los intereses, el futuro, férreamente lo imponen, ya que un gran pueblo es realmente tal, si considera sagrados sus empeños y si no evade las pruebas supremas que ha dispuesto el curso de la Historia. Nosotros, empuñamos las armas para resolverlo, después de solucionado el problema de nuestras fronteras continentales, el problema de nuestras fronteras marítimas.
Nosotros queremos romper las cadenas del orden territorial y militar que sofocan nuestro mar, porque un pueblo de 45 millones de almas, no es verdaderamente libre si no ha liberado el acceso a su océano.
Esta gigantesca lucha no es una fase ni el desarrollo lógico de nuestra Revolución. Es la lucha del pueblo pobre con brazos numerosos en contra de los hambrientos que retienen ferozmente el monopolio de todas las riquezas y todo el oro de la tierra. Es la lucha de los pueblos fecundos y jóvenes contra los pueblos estériles y que tienden al ocaso; es la lucha entre dos siglos y dos ideas.
Ahora que los dados han sido tirados y nuestra voluntad ha puesto sobre nuestros hombros los navíos, yo declaro solemnemente que Italia no quiere arrastrar al conflicto a otros pueblos limítrofes por mar o por tierra. Suiza, Yugoslavia, Grecia, Turquía, Egipto, tengan en cuenta mis palabras y depende de ellos, solamente de ellos, si ellas serán confirmadas rigurosamente. ¡Italianos! En una memorable concentración, aquella de Berlín, yo dije que según las leyes de la moral fascista, cuando se tiene a un amigo se marcha hasta el final con él. Esto hemos hecho y lo haremos con Alemania, con su pueblo, con sus victoriosas fuerzas armadas.
En esta víspera de un acontecimiento de alcance secular dirigimos nuestro pensamiento a su Majestad el Rey Emperador, que como siempre ha interpretado el ánimo de la Patria, y saludamos la voz del Fuhrer, el jefe de la Gran Alemania aliada. La Italia proletaria y fascista está por tercera vez de pie, fuerte, orgullosa y compacta como no lo estuvo nunca.
La palabra de orden es un sola, categórica y comprometida para todos. Ella ya sobrevuela y enciende los corazones desde los Alpes al Océano Índico: ¡VENCER! Y venceremos para por fin lograr un largo período de paz, con justicia para Italia, para Europa, para el mundo. Pueblo italiano, corre a las armas y demuestra tu tenacidad, tu ánimo, tu valor."
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